jueves, 12 de diciembre de 2013

2 Guns

El parecido con el cómic es asombroso, sobre todo en el caso de Denzel Washington.

Película basada en un cómic que no he leído, y que por tanto no puedo valorar como adaptación (más allá del obvio kingpinismo), 2 Guns me ha parecido una película de acción y tiros pasable, tirando a floja, argumentalmente muy endeble, pero con alguna escena muy GTA.

Como bien se encargan de destriparnos en el trailer, 2 Guns pretende ser una moderna Tango&Cash, una Buddy Movie sobre policías (Wahlberg es un policía militar de la Marina y Denzel un agente de la DEA) infiltrados para dar caza al peligroso Almirante Adama (Edward James Olmos), con la coña de que ninguno de ellos sabe que el otro es un infiltrado. Como parte de su operación, cada uno de la suya, atracan un banco, con unas máscaras que recuerdan muchísimo al videojuego Payday, y resulta que ahí activan el chip de los malos. Por una parte, los colegas militares de Mark Wahlberg (cuyo líder es Cíclope) resulta que son malos y lo quieren matar, y por otra resulta que el dinero que han robado (46 millones de dólares) es de la CIA, o más bien de agentes corruptos de la CIA, y como no les gusta que les roben, ponen sus mecanismos en marcha, matando a los que se les ponen delante, salvo a los protagonistas, que como veremos después, son inmunes a las balas y no vale la pena dispararles. 

Fieles al esquema, Starsky Wahlberg y Hutch Washington empiezan llevándose mal, hasta el punto de acabar a mamporros e incluso a puñetazos, pero se van haciendo amigos, y hacen las cosas que hacen los amigos, como irse de cañas, secuestrar y torturar capos de la mafia mexicana, compartir tiroteos o colarse en bases militares. 

Al final todo acaba con un juntos y revueltos en el que Charlie y Pope los protagonistas idean un plan tan fabuloso como absurdo que consiste en juntar a todos los malos en el mismo sitio para que, en aplicación del teorema del ninja, se vuelvan inútiles y fácilmente matables, sin que nadie se explique por qué no los cosen a balazos en el primer instante. Probablemente porque los malos son conscientes de que dispararles no sirve de nada, pues un disparo a bocajarro en la pierna de Mark Wahlberg consigue el mismo efecto que produciría un pellizco en la nalga de una persona normal. Un "¡ay tío, eso duele!".

Hay cosas que no sé si debo achacar a la película o al cómic, pero en cualquier caso son cosas que si las hacen Schwarzenegger y Stallone (si acaso Brad Pitt), bien. Si las hacen otros... mal.

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