miércoles, 14 de marzo de 2018

El "chollo" de la cárcel

Si envidias esto, tu vida es muy triste.

Una cosa que me cabrea mucho es escuchar a alguien decir que las cárceles son como hoteles de lujo y que el sistema penitenciario es muy blando. Me irrita tanta ignorancia, y me gusta mucho el siguiente hilo de Twitter, obra de @Rommelwood, que voy a reproducir aquí (esta es la semana de las entradas robadas), y que suscribo palabra por palabra (lo he adaptado un poco, para pasar de hilo a texto):

Me fascina la visión que la gente tiene de las cárceles españolas. Le enseñas a unos cuantos unas fotos de las mejores estancias de una cárcel de mínima seguridad A ESTRENAR y creen que todas son así. 

¿Pero habéis estado alguna vez en una, chiquets? 

Pues resulta que yo sí he entrado en una prisión por dentro, como voluntario; a hacer tareas de animador sociocultural. Una prisión normal, de provincias. Ni siquiera de las peores de España. Y creo que la sensación es increíblemente desagradable. 

Vosotros diréis... Animador sociocultural, asistencia de un trabajador social... qué putos lujos, que se pudran. Bueno, veréis, vamos a ilustrar mi experiencia y decir unas cuántas cosas aquí. 

La primera es que una cárcel es una institución total; un sitio donde estás 24/7 con tu consentimiento o sin él y dónde TODA tu vida está regulada. Comes a esta hora, está comida. Sales al patio a esta hora. Tienes esta actividad a esta hora, y si no te gusta tienes ninguna. Se apagan luces a esta hora. No estás comunicado con el exterior. Tu descanso, tu ocio, tus visitas, tu información, TODO está regulado. Tus posesiones están limitadas. Tu intimidad, en constante entredicho. Rodeado de gente que te controla, o que compite contigo. 

Constantemente. Incluso cuando entras de visita o como colaborador, eres sometido a registro, identificación, se te quita móvil y otros aparatos, otro registro. Nunca hay dos puertas seguidas abiertas. La cárcel es un sistema de esclusas. Pasas una puerta. La cierran. Abren la siguiente. Estar en un sitio sin justificación te mete en un lío. 

Las actividades también son estrictamente controladas. Si no le gusta a un montón de responsables, no hay actividades. Y no puede ir todo el mundo, quedan excluidos los reclusos en régimen de castigo, como aislamiento. Otras no son válidas tampoco para reclusos con delitos de sangre, por ejemplo. En general, los reclusos conflictivos son apartados de ellas. Así que si quieres hacer algo diferente que celda-gimnasio-patio-celda más vale ser un "buen recluso". 

¿Y por qué estas actividades? Porque el aburrimiento ENLOQUECE. Y no exagero, el aburrimiento (meses, años aislado), la misma rutina inamovible, la privación de derechos, el ser constantemente un número ACABA con la salud mental. No sólo en las cárceles, pasa en toda institución total. Neurosis institucional. 

"Venga, Rommie, seguro que exageras". Vale, pues os doy un experimento. Quedaos 72 horas en vuestra casa: no podéis salir para nada. No podéis usar móvil o Internet excepto una hora al día, o podéis comprar nada esos días, que una persona os de un horario por cumplir, no podéis recibir visitas y la comida os la elige una tercera persona. Sólo eso. No os hagáis trampas. Contadme al cuarto día qué tal estáis. Y eso que estáis en casa, con vuestras cosas, y no corréis peligro.  Ahora imaginad eso... no sé, 6 años, sin pausa. Suena bien, ¿eh? 

Ahí van datos: aproximadamente el 41% de los reclusos permanece en prisión con un trastorno mental (sin contar adicciones a sustancias). Pero sale con un trastorno hasta el 80%. De ellos, un 67.6% no recibió nunca asistencia psico-psiquiátrica antes de entrar en prisión. Un 76.5% de la población reclusa en España sufre alguna adicción, abuso de sustancias. Pero no entra más que un 44% de adictos, según las peores previsiones. Ni hablamos de las enfermedades crónicas en prisión como el VIH o la hepatitis C. Algo falla ahí, ¿no os parece? 

Pero eh, tienen actividades de ocio, acceso a la educación, acceso a trabajadores/educadores sociales. Sí, y el 64% de los presos no accede a ellas, porque no cumple los requisitos, lo desconoce o... no sé les permite. Un 91% de los presos españoles no tiene asistencia externa como un Trabajador Social. Ni hablemos de un psicólogo. Y luego, después de cinco, ocho, diez años ahí esperáis que no hay consecuencias. 

Pero seguid pensando que una cárcel común es un hotel. Que sois unos majaderos. Visitad una si podéis. A ver qué pensáis.

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