miércoles, 31 de agosto de 2016

Marseille

¿House of Cards a la gabacha?

Serie francesa sobre política, centrada en las elecciones de Marsella en la que el alcalde Robert Taro (Gerard Depardieu) tiene que plantearse qué hacer tras 20 años en el cargo, si continuar al frente del Ayuntamiento de la segunda ciudad de Francia o ceder el testigo a su pupilo Lucas Barré (Benoit Magimel) y centrarse así en sus asuntos familiares. Pero Marsella es una amante demasiado exigente como para dejar a Taro en paz, y deberá lidiar con incómodos acontecimientos, algunos de los cuáles pondrán en un grave peligro a su entorno.

Marseille nos habla de una ciudad corrupta y deprimida, en la que es difícil no cruzar la línea de lo ético y nos deja ver un sistema muy podrido que nada tiene que envidiar a ciertas comunidades gobernadas en España por el Partido Popular, con mamoneos, puñaladas traperas y tácticas mafiosas con tal de rascar hasta el último voto. Y el partido se juega en una de las ciudades con peor fama de Europa, y que desde luego viendo la serie no entran muchas ganas de visitar, especialmente el barrio de Felix Pyat.

Sí apetece, en cambio, seguir viendo capítulo tras capítulo la lucha política entre los candidatos y ver cómo se desenvuelve como un pez en el agua ese animal político y repleto de carisma al que da vida magistralmente Gerard Depardieu, o al también carismático, aunque peligroso y siempre inquietante, Lucas Barré.

Me ha gustado mucho, especialmente por todo el tema de las cloacas de la política y la prensa, aunque tampoco estoy muy versado en política francesa como para saber si es realista o excesivamente ornamentada, pero disfrutarla, la he disfrutado. La pega ese final que queda un tanto forzado, con alguna evolución exageradamente rápida en uno de los personajes principales, en una idea que sin tanta precipitación habría quedado bien. 

El resultado global, sin embargo, es positivo. Una serie que tenía buena pinta y que consigue estar a la altura de las expectativas. Recomendable.

martes, 30 de agosto de 2016

Cazafantasmas

¿A quién vas a llamar?

Sin lugar a dudas, la película del verano. Dinámica, audaz, gamberra y muy divertida, con personajes que molan (Holtzmann es maravillosamente genial) y un verdadero tributo a la película original. Entretenida de principio a fin, me tuvo pegando botes como un niño, y en especial cada vez que sonaba la legendaria musiquilla, en cualquiera de sus variedades.

Una escena inicial perfecta para la ocasión enlaza con la presentación de los personajes y la creación del grupo, al que se unen las nuevas adquisiciones (en claro paralelismo con la película original), cazan un fantasma, ganan una cierta fama, chocan con las autoridades locales, pasa algo que desencadena el apocalipsis y tienen que dar lo mejor de sí mismas para salvar el día. Sí, un esquema muy similar a los Cazafantasmas originales, pero con la suficiente personalidad propia como para no limitarse a parecer un calco. Habiéndose sabido adaptar muy bien a los tiempos modernos, coge los mejores elementos de la versión de 1984 para presentar una más que digna sucesora que cuenta con el mérito de ser disfrutable por sí misma y a la vez ser un regalo los fans de los Cazafantasmas originales, con cameos, referencias (visuales, sonoras y de personajes) y coñas, como ese monstruo final, que no podía ser otro. Y risas, muchas risas (¡con el mejor exorcismo de la Historia del cine!). Si esto es matar mitos de la infancia, por favor, que me los maten todos, que he disfrutado esta película con 38 años tanto como disfruté la otra con 6. 

Y al terminar la película unos divertidísimos títulos de crédito, capitaneados por un soberbio Chris Hemsworth, dan paso a una escena en la que se abre la puerta a una posible secuela, si bien me temo que el inexplicablemente escaso éxito en taquilla de la película hará que no la haya. Pero si se alinean los astros y hay secuela, me vale con que sea la mitad de buena que esta para ir de cabeza.

lunes, 29 de agosto de 2016

Club del libro con sabor a despedida

Pequeña pila de libros.

La despedida no es porque fuera fin de fiestas sino porque ayer despedíamos a Joan, que tras su periodo de entrenamiento de 4 años en Bilbao se vuelve mañana a su Barcelona natal, y siendo miembro del club del libro, aunque ayer apetecía más quedarse en casa, usamos nuestras últimas energías postfestivas para reunirnos.

Y con la excusa hacer lo que solemos hacer: compartir libros y comida. De comida destaco la enorme y deliciosa galleta, tamaño bandeja, con trocitos de chocolate y los hojaldres de salchicha con queso. 

De libros, que algo hay que decir, yo devolvía el divertidísimo Azazel y los cuentos de Beatrix Potter, aportando como novedades "Mentir es encender el fuego" (novela del vizcaíno Francisco Panera) y la distopía "Un mundo devastado", que ni recordaba que lo tenía, y que como me lo devolvieron ayer. aproveché para prestar en el club. 

En cuanto a las cosas que me llevé, pues la verdad es que traje bastante pero eran casi todo devoluciones. Para ller yo cogí Memento Mori y el cómic Los hombrecitos, acompañados por los recuperados La última legión, algunos números de Monster, ¿Quién le zurcía los calcetines...? y el infumable Cruzada Secreta, que acabó directo en el contenedor azul. Más un par de kilos a cuenta de las galletas, como siempre.

domingo, 28 de agosto de 2016

Aste nagusia 2016: días 8 y 9

Aunque estuve más tiempo al otro lado.

Ya se han acabado las fiestas, que además este año no han terminado con la fiesta del sábado, sino que han tenido contenido dominical.

Empiezo con el día de ayer, que tenía turno de barra, hasta la 1. Un turno que fue agotador, con mucho cliente, alguna deserción de gente que hacía turno, algunas personas que se empeñan en politizar la fiesta y lo que es peor: una pelea que se produjo en la zona de Moskotarrak y que nos obligó a intervenir para pacificar a un sujeto muy borracho y violento, que no se quería marchar. Y dado que la policía no venía, teníamos que solucionar el tema. Por suerte, entre unos cuántos y hablando conseguimos calmarlo un poco y cuando la coordinadora de comparsas se hizo cargo del tema volví a la txozna, para encontrarme una barra llena de clientes pidiendo. Buena caja pero mucho agobio, que hizo que saliera del turno un tanto descojonado.

Sin embargo, era el último día y había que aprovechar, así que por ahí anduve deambulando hasta las 5 y pico, que tocó retirada. Pero ahí no acababa la fiesta.

No, pues a las 9:30 estaba de nuevo en pie, ya que tenía que ir hasta Zabalbide para ayudar con el concurso de goitibeheras (aparatos con ruedas, sin motor, que van cuesta abajo) hasta las 13 más o menos. Casi muero ahí del cansancio.

De sobremesa he podido echar una siesta, más breve de lo que me habría gustado, pues a la tarde había club del libro (mañana me extiendo más si eso) y aunque mis planes incluían acercarme a echar una mano con el desmontaje, un tirón/pinchazo en el hombro, no sé muy buen debido a qué, pero que me impedía mover bruscamente el brazo izquierdo, me ha sugerido que no era tan buena idea. Por lo que hemos bajado a ver la quema de la Marijaia y de ahí derechitos a casa.

sábado, 27 de agosto de 2016

Aste nagusia 2016: día 7

Foto chorra para definir el día.

Esto avanza y lo de trasnochar todos los días es cada vez más cansado, así que ayer por la mañana lo que procedía era levantarse tarde y descansar con sesiones de sofá y tele, terminando de ver la serie Marseille, junto con algún episodio de Apartamento 23.

Por la tarde nuevamente a la lonja, a jugar una partida de Galactica, con victoria Cylon (lo que es malo cuando te toca jugar con humanos) y luego pasar por casa para descansar un rato antes de volver a por gente y bajar a la zona de txoznas. Ahí, poca historia. Nos juntamos unos cuántos pero fue plan de charleta sin alcohol, que no es plan de emborracharse a diario. Además, tocaba reservar energías, que hoy hay turno y fin de fiesta.

viernes, 26 de agosto de 2016

Aste nagusia 2016: día 6

¿Qué es esa cosa dorada del cielo? ¿Y por qué es azul y no negro?

Aunque no lo parezca, de día también son fiestas de Bilbao, y ayer salí verdaderamente pronto de casa, pues a las 15:00 tenía comida en la txozna con la gente de la cuadrilla: steak tartare y solomillo del bueno.

Tras la (calurosa) sobremesa, y ya que estábamos en el recinto festivo, nos fuimos a hacer la ronda de txoznas, con la intención (ellos, yo me abstuve) de pedir una consumición en cada una de ellas, peligrosa tradición que mantienen cada año, y todo un acontecimiento esto de ver las txoznas de día y desde fuera. Todo ello bajo un calor abrasador, tanto que no desentonaba un incendio que se provocó a escasos metros de ahí, y del que podíamos percibir el olor a quemado. Quedó en nada, pero en el momento impresionaba bastante, la verdad.

Bilbao is on fire!

Del plan vespertino me retiré razonablemente pronto, lo que me dio fuerzas para salir a la noche y participar en la divertida actividad del día, la que es una bonita tradición de fiestas de Bilbao y hermanamiento entre comparsas, que es colarse en las demás txoznas para robarles la bandera. Todo ello, claro, dentro del contexto del respeto, el colegueo y el cachondeo sano. Y la verdad es que es muy divertido. Si hay otra, ahí que iremos.

jueves, 25 de agosto de 2016

Aste nagusia 2016: día 5

Purpurina por todas partes.

La mitad más uno. Ya podemos decir que estamos en la recta final de las fiestas, pero el de ayer fue un día tirando a tranquilo. La mañana consagrada a las sábanas y la almohada, para comer una de wok con mi señor padre y por la tarde a la lonja a jugar al Star Wars Rebellion con el amigo Joan (¡gloriosa victoria rebelde!) y luego a hacer un poco de tiempo hasta que llegara la gente para ir en manada al cine a ver esa maravilla que es Cazafantasmas. Ya hablaré de ella más detenidamente, pero salí encantado por disfrutar de la que para mí ya es la película del verano.

De regreso a Bilbao, nos vamos a la zona de txoznas, y después de parar en Moskotarrak a repostar nos vamos a bailotear a la "competencia". Nos vamos a Pinpilinpauxa, una de las txoznas clásicas, que se caracteriza por el inequívoco y excesivo uso de la purpurina, que marca casi a fuego a cualquiera que se acerque por las inmediaciones, haciendo que haya quien parezca un spoiler andante de Goldfinger. 

Ahí anduvimos un rato, entre la purpurina y los bailables, hasta que volvimos a nuestro reducto moskotarrero y la charleta terracera nos tuvo hasta las 4:30, una hora razonable para huir.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Aste nagusia 2016: día 4

Ayer el plan fue más diurno que nocturno.

Avanzan las fiestas y hacemos un alto en el camino para ir de Bilbao a Amorebieta, donde unos amigos organizaban una kedada en su casa, con barbacoa, piscina y tal. Un plan que con el calor que hacía era difícil de rechazar. 

Así que ahí nos juntamos unos cuántos (16, creo, sin contar niños y los dos enormes malamutes que se paseaban por ahí, cuales peluches gigantes) y a la ingente cantidad de comida y piscina se sumó luego una sesión de tiros a canasta donde demostré mi incapacidad baloncestística cuando de tirar a distancias superiores al metro y medio se refiere.

Ya de vuelta en Bilbao, pasé por la lonja a recoger gente, aprovechando para jugar alguna cosilla de mesa, y en el recinto festivo, lo que es fiesta poca, pues parecía día de descanso y pronto nos retiramos a casa, tras haber bebido solamente un katxi... de agua.

martes, 23 de agosto de 2016

Aste nagusia 2016: día 3

Recibiendo visitas familiares.

Seguimos con las fiestas, que avanzan inexorables y llegamos al lunes, que desde hace años es sinónimo de turno de barra y de pasar toda la tarde en la txozna, pues es el día en el que hacemos turno. Concretamente me tocó estar desde las 4 de la tarde hasta la 1 de la mañana.

Y al acabar, pues ya que estaba ahí, había que beber un poco, y pasar al otro lado, al de los clientes, con algo de bailoteo y katxis de ron con cola, para seguir con la tranquila tertulia terracera (con más ron-cola) en el interior. Y momento delirante cuando, con la excusa de que se están cagando, dos señores saltan la lona que delimita la txozna para intentar acceder al baño y a los que cuesta, dada su insistencia, echar fuera. Lo sorprendente es que en vez de llamar a la puerta saltaran, todavía nadie se explica cómo, la lona. Mérito no se les puede negar. Alguien debería explicarles que los Juegos Olímpicos terminaron el domingo.

Y el sábado vuelta a la barra, que es la parte de fiestas de Bilbao que más me gusta.

lunes, 22 de agosto de 2016

Aste nagusia 2016: día 2

La ineludible cita con Goyo.

Triple sesión txoznera la de ayer, y creo que es la primera vez en 20 años que lo hacía. Por la mañana dimos un paseo hasta el Arenal, entre otras cosas para visitar el torneo de Bloodbowl que organizaba mi asociación, y de paso comer con alguno de los que estaban organizando. Pantagruélicas pizzas del Pizza Vía (la familiar, aprovecho para comentar, es muy grande). Tras la comida, la sobremesa viene acompañada por eventos olímpicos: primero la final de gimnasia rítmica por equipos y luego el final del España-Australia de baloncesto, en el que la pelea por el bronce fue agónica y disputada hasta el último segundo.

Algo más tarde, nueva visita al recinto de fiestas, para un poco de poteo y charleta con amigos, haciendo tiempo hasta el evento del día, una tradición anual que no puede faltar: el monólogo de Goyo Jiménez. Más flojo que en otras ocasiones, la verdad (no siempre se puede rozar la perfección), pero eso no impidió que fuera tronchante y divertido. Que el tipo es un genio, y hasta su peor monólogo sigue siendo un gran monólogo.

Por no faltar a las tradiciones, tras el show fuimos otra vez a Moskotarrak, pero no había nadie, así que un par de cañas, algo de bailoteo y a una hora prudencial a casa, que hoy toca día duro de turno.

domingo, 21 de agosto de 2016

Aste nagusia 2016: día 1

Llegó la Marifiesta.

Como todos los años, ya está aquí la semana grande de Bilbao, las fiestas de pueblo de esta mi ciudad, que tanta gente espera con tantas ganas. 

El comienzo de fiesta fue bastante tranquilo. Primero cenar y ver los fuegos (que se acabó convirtiendo en cenar viendo los fuegos) y luego a casa de una amiga, donde la gente del club del libro celebraba el club del txupito, un spinoff de la actividad literaria que consiste en cambiar libros por bebida, o mejor dicho, libros y comida por bebida y comida.

18 personas en un salón tan pequeño, unido al calor de agosto, hacen que eso sea un horno agobiante, con lo que agradezco mucho el rato de salir a la calle y dirigirnos al recinto festivo, donde tras una larga caminata (hoy, en "animales lentos": el grupo de borrachos) acabamos llegando al sitio habitual, donde procedemos a los clásico de saludar a gente, coger pulsera del poder, unos katxis (lo primero alcohólico que bebía en toda la noche) y hasta las cinco de la mañana arreglando el mundo en modo tertulia terracera.

sábado, 20 de agosto de 2016

Apartamento 23: orden correcto

Jessica Jones sin poderes pero con más mala baba.

Esta entrada va para "Don´t trust the B in apartment 23", esta joyita que acabo de descubrir en Netxlix, de cuya existencia ya tenía constancia pero que no me había llamado especialmente la atención. Hasta que me dio por darle una oportunidad y aunque llevo muy poco visto, me está gustando bastante. Una sitcom con puntos muy graciosos, pero que todavía es pronto para valorar, pues solo llevo vistos tres episodios. 

Pero no he venido a opinar sobre la serie (cosa que ya haré cuando haya visto más capítulos) sino para hablar del orden de los episodios. Por lo visto es uno de esos ejemplos de serie maltratada por su cadena (la ABC) y entre otras lindezas emitió los capítulos en desorden, error que también ha arrastrado Netflix. Y no es que sea una serie con una compleja metatrama, pero verlos en el orden de emisión sí que provoca lógicos y molestos errores de continuidad.

Así, investigando he encontrado el que parece ser el orden correcto para verla, con el título original y el español:

1- Pilot/Piloto (emitido originalmente como 1x01)
2. Daddy´s Girl/La niña de papá (1x02)
3. Mean Girls/Chicas malas (2x10)
4. Making Rent/Ganar para el alquiler (1x05)
5. The Wedding/La boda (1x04)
6. The Scarlett Neighbor/La vecina escarlata (2x09)
7. Whatever it takes/Lo que haga falta (2x05)
8. It´s Just Sex/Solo es sexo (1x06)
9. The Leak/La gotera (2x12)*
10. The Parent Trap/Madres e hija (1x03)
11. Shitagi Nashi (1x07)
12. Bar Lies/Trolas de bar (2x06)
13. A Weekend in the Hamptons/Un fin de semana en los Hamptons (2x07)
14. A Reunion/Una reunión (2x01)
15. It´s a Miracle/Es un milagro (2x04)
16. Love&Monstruos/Amor y monstruos (2x02)
17. Sexy People/Gente Sexy (2x03)
18. Paris (2x08)
19. Teddy Trouble/El tema Teddy (2x14)*
20. Monday June/La June del lunes (2x13)*
21. Dating Games/Juego de citas (2x11)*
22. The D/el suspenso (2x15)*
23. The Seven Year Bitch/La relación y la amiga (2x16)*
24. Using People/Utilizar a los demás (2x17)*
25. Ocupado (2x18)*
26. Original Bitch/La puta original (2x19)*

¿Mágico, verdad? Pues para más inri, los capítulos con * ni siquiera fueron emitidos en su día. Por suerte más tarde acabaron pareciendo (los acabarían emitiendo para quitárselos del medio) y es fácil acceder a ellos. Lo que no quita que la chapuza fuera mayúscula, cambiando capítulos no solo de orden sino de temporada, en una serie que acabó siendo cancelada. Y es una pena, porque de momento parece que empieza muy bien.

viernes, 19 de agosto de 2016

Al final del túnel

Gran actuación de Clara Lago.

Definición rápida: mezcla "La ventana indiscreta" de Hitchcock con una película de atracos. Versión más larga: este thriller cuenta la historia de Joaquín, un hombre que vive, con su perro, postrado a una silla de ruedas y dedica sus noches a vigilar a un grupo de desconocidos. Cuando alquila una de las habitaciones de la casa a Berta, una simpática e inteligente ex-stripper y su hija, su vida dará un vuelco y los acontecimientos se irán precipitando, a medida que la trama de sus espiados, una peligrosa banda de atracadores, se va acelerando.

El resultado: una buena película con buen argumento, buenas actuaciones de Pablo Echarri (gran villano, que da muy mal rollo) y Clara Lago (resulta difícil creerse que no es argentina) y bastante tensión, a pesar de que en muchos momentos cuesta creerse muchas cosas, sobre todo al protagonista, con una inteligencia a nivel Walter White que pisa fuerte (si se me permite el chiste de humor negro) en el terreno de la fantasmada, pero que aporta momentos geniales con algunas de sus salidas a los callejones en los que se mete. 

Una película que tenía buena pinta y no decepciona. Y el perrete, añado, es de lo más majo.

jueves, 18 de agosto de 2016

Montando txozna

Aquí habrá una txozna.

A punto estamos de que empiece la Semana Grande, es cuando hay que trabajar para organizar la fiesta, y aunque casi siempre me pilla fuera esta vez sí que me he podido acercar a las labores de montaje con las que llevan toda la semana. Quería haber ido ayer pero no me fue posible, así que he ido hoy, sobre todo a hacer labores de carga y descarga, que los componentes materiales de la txozna no se mueven solos, y a montar alguna cosilla (lo que me recordaba a mi época de ETT). Y aunque hoy por la tarde tengo otros temas que me lo impiden, mañana por la mañana intentaré ir otra vez. No me apetece nada, pero es una de estas cosas que no apetecen a nadie, y hay que hacerlas.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Nerve

Cuando Pokemon Go se vuelve muy mainstream.

Si esta película fuera vasca se habría llamado, sin duda, "¿A que no hay huevos?", pues eso es un poco de lo que va. 

Nerve es un siniestro juego online en el que se puede ser observador o jugador, donde los observadores pagan por monitorizar a los jugadores, a los que se va ofreciendo desafíos con los que pueden ganar dinero si los cumplen en el tiempo establecido, y que empiezan con cosas sencillas y van avanzando a retos con un claro peligro de muerte, mientras van encerrando a los jugadores en una espiral de riesgo y adrenalina de la que ya no pueden salir, obligando a que la única huida posible sea hacia adelante.

De ahí sale un thriller bastante majo con algunas escenas de tensión bien logradas, en el que hace falta desconectar un poco la suspensión de incredulidad, especialmente con el desenlace un tanto forzado. Aunque es cierto que si jugamos a creernos lo que nos cuenta es disfrutable sin que rechine del todo, porque como uno se ponga a analizar la cosa con ojo crítico, la propia premisa se estrella en cuanto uno se plantea cómo es posible que sea tan secreto algo tan en boca de todos.

Pero esto no pretende ser un documental sobre las redes y las nuevas tecnologías, sino un episodio de Black Mirror con adolescentes, y en ese sentido cumple bien la papeleta. Entretiene, ayuda a mantener el interés, y aunque se me acuse de frívolo, no puedo sino hacer mención a la escandalosa belleza de Emma Roberts que, por qué negarlo, alegra la vista durante toda la película. Y otra cosa que me gustó, como detalle, los títulos de crédito del final, que me parecieron originales.

martes, 16 de agosto de 2016

El espía que se perdió

Con licencia para perderse.

Un juego ideal para rellenar huecos en los ratos muertos con el que de 3 a 8 jugadores pueden jugar partidas verdaderamente breves, que casi duran menos de lo que se tarda en leer esta reseña y pasarlo bien con este divertido juego que pide algo de memoria, unas dotes de deducción, intuición, imaginación y sobre todo, cuando se es el espía, mucho morro.

La cosa es la siguiente: entre los jugadores hay un espía infiltrado y deben descubrir quién es. Pero el espía es un poco zoquete y ni siquiera sabe dónde está, por lo que tiene que adivinarlo, y gana si lo logra antes de ser descubierto o si siembra la paranoia y consigue que acusen a otro jugador. 

Para ello, cada jugador recibe una carta con una situación (que es la misma para todos) y un rol dentro de dicha situación que sí es diferente para todos. Menos el espía, que recibe una carta en la que solo pone espía. Evidentemente, antes de empezar cada ronda, se coge uno de los tacos de cartas de situaciones, sin mirarlas se roba una carta para cada jugador menos una, se mezcla la de espía, se reparten y se empieza a jugar.

Ejemplo: el zoo.

Se empieza a jugar, y el jugador al que le toca el turno puede hacer una de estas cosas; puede acusar a alguien de ser espía (el propio espía también puede hacerlo), puede hacer una pregunta o puede, si es el espía, declarar dónde se está.

Acusar a ciegas es peligroso, ya que falta información y además hay que someterlo a votación, y tratar de adivinar a lo loco dónde se está, tampoco parece la mejor de las ideas, por lo que al principio lo suyo es hacer preguntas, ciñéndose al rol que se tiene, preguntar algo que preguntaríamos. Por ejemplo, la carta de la foto es el guía del zoo, así que sería lógico preguntar "¿Le gustaría que le enseñara la jaula de los monos?" o "¿Qué es lo que más le ha gustado de la visita?". Y cuando preguntas a un jugador, él pasa a su vez a hacer una pregunta, sin poderla mandar al que le ha preguntado (por la cosa de no parecer un partido de ping pong).

Pero ojo, hay que tratar de no ser demasiado obvio, pues el espía escucha atentamente y su objetivo es precisamente saber qué sitio es. Pero tampoco hay que pasarse de sutil, y conviene no perder de vista que el objetivo de las preguntas es dejar claro que no se es un espía y tratar de ir cerrando el círculo. Si en el ejemplo que nos ocupa tenemos la carta "Zoológico" y a la pregunta "¿Qué es lo que te da más miedo de aquí?" nos responden "los leones" tiene pinta de que no es un espía, pero si por ejemplo responden "los misiles", pues ahí ya empieza a oler a espía. La estrategia, como suele ser habitual, la da la práctica, y sobre todo al principio el espía tiene que dar muchos palos de ciego, pero a cambio gana que es muy gratificante ganar como espía. Igual que es muy gratificante cazar al espía.

Y otra cosa que tiene es que es un juego rematadamente fácil de personalizar, pues cualquiera que tenga un poquito de imaginación puede crear sus propias cartas. Si bien, en favor de los componentes originales del juego, diré que los dibujos son muy simpáticos y encontrar al espía escondido en ellos es casi un juego en sí mismo.

lunes, 15 de agosto de 2016

Crónicas postumbras

Con el señor Umbras, mascota de las jornadas.

De regreso a casa, tras un viaje ostensiblemente más corto y cómodo que el de hace una semana volviendo de TdN, puedo escribir sin desfallecer lo que han sido las Umbras de Alter Paradox de Pamplona en esta su novena edición.

El viernes empezaban y llegamos algo más tarde de lo previsto al demorarse nuestra salida de Bilbao, que planeada para las 12 fue a las 13:30 y encima nos liamos al ir, así que entre llegar, acreditarse en el hotel comer y tal, nos dieron pasadas las 5. Saludos a gente, juegos de mesa (destacando el divertido "El espía que se perdió") y algo más tarde partida de rol en vivo: El rey amarillo.

Sábado por la mañana poca cosa, ya que me levanto no demasiado pronto y por la tarde toca dirigir nuevamente Pulp Fiction, pase que tarda en arrancar, pues costaba encontrar jugadores. Y por la noche Némesis, una interesante partida de rol en vivo centrada en el tema de la eutanasia, que podía haber dado algo más de sí, pero que gusta. Por la noche, en el bar de las jornadas, fiesta friki hasta las tantas.

Trasnochar hace que casi nos transportemos a la tarde del domingo donde dirijo El que camina con el viento, con problemas del primer pase solucionados pero algunos jugadores que, seré diplomático, tienen una concepción distinta a la mía de lo que es el rol en vivo... y de algunos términos elementales de la lengua castellana. 

Por la noche otro vivo, El inquisidor, una partida de rol en vivo de corte medieval, muy al estilo de las partidas que se hacían hace 12 años y que tampoco logra entusiasmarme. Y al acabar nos vamos en manada al parque a charlar, beber y filosofar hasta las tantas.

Llega el lunes, abandonamos el hotel, desayunamos y casi nos plantamos en la clausura, en cuyo sorteo me toca un juego de mesa que opto por donar a la ludoteca de la asociación y poco más. Nos vamos a comer al centro comercial, coche y vuelta a Bilbao. 

¿Cuándo son las próximas jornadas? ¡Quiero más!

viernes, 12 de agosto de 2016

¡A las Umbras!

Con el señor Umbras, mascota de las jornadas.

Metadona para las TdN que aún retumban, las Umbras son unas jornadas de rol que se celebran en Pamplona y a las que tengo cierto cariño, sobre todo a raíz de la edición de 2009 y tiene el aliciente de que aquí sí voy en manada con mis amigos de Bilbao, siendo de hecho Abaco una de las asociaciones colaboradoras del evento. Ellos nos ayudan en Ómicron, nosotros ayudamos aquí.

Por mi parte repetiré, en principio, las partidas de rol en vivo que llevé a TdN: Pulp Fiction y El que camina con el viento, y un pendrive lleno de partidas por si hace falta sacar algo de emergencia. 

Evidentemente no serán unas jornadas tan a saco como las de Mollina, pero lo mejor es que me vale con hacer 150 kilómetros, no me tengo que recorrer toda la península. Y de paso aprovecho para ver a gente a la que solo veo en este evento.

jueves, 11 de agosto de 2016

Mascotas

Toy Story con animales.

Porrazos, persecuciones y muchos bichos monos en una película que si bien es divertida podría haber dado mucho más de sí. Con un planteamiento que recuerda muchísimo al clásico de Pixar, la película nos cuenta la vida de las mascotas cuando sus dueños no están en casa, y lo enlaza con la clásica historia esta vez en la forma del perro favorito que se ve desplazado cuando otro perro llega a casa, con el que choca, sus choques detonan una serie de acontecimientos desastrosos, al final de los cuáles se acaban haciendo amigos. Vale, la historia de siempre.

Mascotas es muy simpática, sí, y divertida, con algunos puntos descacharrantes, con el villano más suave y blandito desde Lotso (el hijo bastardo de Peluchito y la bestia de Caerbannog), pero en todo momento da la sensación de ir a medio gas, y de prometer en el trailer mucho más que lo que termina dando, siendo el resultado el de una buena película descafeinada, sin llegar a ser la maravilla que parecía que podía llegar a ser. Una pena.

Y así como la película es, sin colmar la expectativas, buena, no se puede decir lo mismo del corto de los minions que la precede, que es, por decir algo, prescindible. Y otra cosa: ya sabemos que la película está hecho por los mismos de Gru, no hace falta que se pasen la película recordándolo.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Crónicas Tedeneras 2016 (parte 2)

En las cenas de empresa de Derleth-Blackwood, la cena eres tú.

Seguimos con la crónica de las partidas jugadas (que alternaba con piscina, copazos e intentos de dormir).

SÁBADO

Así como el viernes había sido día de jugar, el sábado era día de dirigir, y así empezaba la mañana, con Blacksad: Parque Zoológico, en la que el célebre detective felino ve su hocico en la cárcel por un crimen que no ha cometido. La partida gusta, e incluso uno de los jugadores dice que le han entrado ganas de leer el cómic. Halagador, no hay duda.

Por la tarde sí que juego, Padre, una de las mejores experiencias de las jornadas. Una historia bastante cotidiana de dramas humanos, empresas familiares y malos tratos, donde soy el hermano de la esposa de un adinerado hombre de negocios que se debate entre la vida y la muerte (¡literalmente, era un cuñado!) y tengo que enfrentarme a decisiones difíciles y a la complicada labor de abrir los ojos a quien no quiere ver la realidad, al tiempo que yo mismo, como personaje, tengo que abrirlos para ver cosas que siempre estuvieron ahí y no quería ver. Muy gratificante, pero con temas muy duros y por desgracia reales.

Menos realista, claro, era la partida de la noche, El que camina con el viento, rol en vivo de Cultos Innombrables en la que los empleados de una empresa se van a un retiro fin de semana y... pasan cosas. Lo malo es que la partida se va por donde no lo habíamos planeado, algunos eventos se disparan demasiado deprisa y me veo obligado a reformular sobre la marcha para que el despropósito no sea total. Tras el vivo, y con unos cubatas en la mano, me dedico, con los jugadores, a pensar en cómo mejorar la partida para que eso no suceda. 

DOMINGO

De madrugón, medio resaca y casi afónico, unas condiciones óptimas para dirigir una partida que no he escrito yo de un juego al que no he dirigido nunca: Atomic Robo. Todo parece presagiar una churropartida, pero contra todo pronóstico la cosa va bien y los jugadores salen contentos. Y como la partida no termina demasiado pronto, aún me da tiempo para ir a la piscina y pegarme un baño de despedida.

Franja de tarde y una partida que es una apuesta segura: Pulp Fiction. Los jugadores se meten mucho (y algunos personajes también, en sentido literal) y la partida es otra vez como volver a ver la película. La parte mala, un ligero desajuste organizativo que llena temporalmente de gente. Pero bueno, son cosas que pasan. Fue molesto, claro, pero entiendo que la organización de las jornadas tiene que estar a mil cosas, no me voy a quejar porque se les cuele una, que además pusieron todo de su parte para solucionar el problema.

Llega la noche, y tras la clausura, con un divertido monólogo de Carmelo Gómez Serrano, toca por fin la partida que cierra las jornadas: Epiphany, una tensa historia en un mundo distópico que empieza un poco regulera por el tema de la hora, pues hasta casi las 2 no empezamos a jugar y yo noto que me voy quedando dormido. Sin embargo, una impactante escena inicial hace que se nos pase el sueño de golpe, pero entonces me enfrento a otro problema: ¡he olvidado TODO lo que decía mi hoja de personaje! ¿Y qué se hace en esos momentos, parar la escena para leer la hoja y refrescar? ¡Jamás! Se tira hacia delante, se reacciona a la situación y a ver qué sale. Y funciona. Una buena partida con un planteamiento audaz pero un gran reparto que hace que el resultado sea espectacular.

Y después de vivir todas esas vidas, ahora toca volver a la mía.

martes, 9 de agosto de 2016

Crónicas Tedeneras 2016 (parte 1)

Lord Byron, el poeta que robó mi voz.

Lo prometido es deuda, así que aquí inicio la crónica de lo que han sido mis TdN, y en esta entrada hablaré del jueves y el viernes.

JUEVES

Empezamos las jornadas como ya suele ser habitual, dirigiendo rol en mesa el jueves por la tarde. Cultos Innombrables es el juego y Proyecto Tartarus la partida, en la que los personajes forman parte de una rama de la NASA dedicada a buscar actividad de los Mitos en otros planetas del sistema solar y tienen que enfrentarse a terrores ocultos en una de las lunas de Plutón. Iba con la lógica incertidumbre de ser la primera vez que dirigía la partida, pero parece funcionar.

Por la noche toca rol en vivo, con una de las partidas más intensas de las jornadas: Nuestras más terribles sombras, en la que doy vida al histórico Lord Byron, un personaje cruel y emocionalmente tóxico al que es todo un reto interpretar. Una apuesta muy interesante, por una parte por el gran componente teatral de la partida (sobre todo cuando tengo que improvisar un monólogo a la muerte de mi hija Allegra) y por el siempre desafiante reto de interpretar al malo. Pero no un malo de los de película, de los que ponen la bomba en el rascacielos o atan a la muchacha a la vía del tren y se ríen mientras se mesan el bigote, sino un malo real, alguien cruel y manipulador, de esos que existen en la realidad. En todos los años que llevo jugando a rol en vivo he manejado todo tipo de personajes malvados y he perpetrado infinidad de maldades virtuales, pero pocos personajes consiguieron hacerme sentir más sucio que Lord Byron. Y tan afónico, por cierto.

VIERNES

El único día que no dirijo incluye, como era de esperar, borrachera de roles en vivo, participando hasta en 4.

Por la mañana juego por fin Terapia de sombras, partida que iba a haber jugado en las Rolea y que al final no pudo ser. Es una de estas partidas en las que es difícil reseñar sin hacer spoiler, pero que bebe mucho de la escuela nórdica del rol en vivo, lo que incluye interiorizar, gritar y lloriquear por los rincones. Todo ello con una trama de fondo muy bien hilada y algunas interpretaciones muy buenas que consiguen un constante nivel de tensión. La pena, que al recordarme demasiado a una partida que había dirigido años atrás, la sorpresa final me la vi venir demasiado pronto. Pero por lo demás, una buena partida, recomendable.

No fue tan de mi agrado ¡Náufragos!, una de piratas, muy al estilo de las partidas de rol en vivo que se hacían a principios de siglo (con reglas, objetivos y tal) en la que soy un pirata que quiere provocar un motín para evitar que la locura del capitán nos lleve a todos al abismo, pero no hay manera.

Más me gustó, del viernes por la tarde, el rato que saqué para colaborar en una escena, haciendo de notario, en el vivo Padre, al que me quería haber apuntado pero no cogí plaza, y que me deja con los dientes aún más largos y con la clara intención de apuntarme al pase que se haría al día siguiente.

Para cerrar, lo que podemos definir como un rol en vivo de juguete: Lo que hacemos en las tinieblas. Basada en la película "Lo que hacemos unas sombras", hago de Giorgio Feluci, un productor italo-mostoleño que quiere grabar un documental en casa de unos supuestos vampiros. Una partida muy ligerita y muy graciosa, para hacer unas risas.

Seguimos mañana con sábado y domingo.

Nota: Por no andarlo repitiendo en todos los días, por cierto, todos acaban con un "y después del vivo de la noche nos fuimos al Pepe John´s a tomar unas cañas y socializar con la gente de las jornadas hasta las mil".

lunes, 8 de agosto de 2016

Vuelta a casa de las TdN 2016

La península casi enterita.

Reventado tras 12 horas de viaje pero con la mochila llena de vivencias positivas (y ropa sucia) vuelvo a casa después de haber disfrutado otro año más de las maravillosas jornadas Tierra de Nadie. Y dado que ahora estoy lo que viene siendo descojonado, y las TdN siempre me dan mucho de que hablar, hoy me limitaré a lo fácil, a hablar de la ida y la vuelta.

Para ir había comprado billete de autobús a Madrid, donde me reunía con unos amigos que bajaban a Mollina desde ahí en coche. El viaje, a pesar del madrugón, y de la señora que tenía detrás que hablaba por teléfono como si estuviera en el salón de su casa, se hace cómodo, y el camino en coche hasta Andalucía se hace bastante llevadero, pues la ilusión por el evento nos da energía. Llegamos, nos instalamos en el hotel en el que pernoctamos el miércoles, nos sablean con la cena y aprovechamos para dormir varias horas seguidas, un lujo que durante las jornadas es difícil permitirse.

Me salto con un fundido en negro las jornadas en sí, ya habrá tiempo para ellas, y me transporto a hoy lunes a las 8:30 de la mañana. Puede parecer que no es excesivamente pronto para levantarse, a menos que te hayas acostado a las 6:30 y hayas estado varios días durmiendo una media de 4 horas.

Desayuno, me despido de la gente que veo por ahí, agradezco a los organizadores la colosal tarea que año tras año se meten entre pecho y espalda para que esto sea posible y poco más tarde de las 9:30 ya estamos en el coche, con bastante menos energía que al venir.

Calor y sobre todo cansancio son compañeros de viaje en un Mollina-Madrid en el que mis esfuerzos por no quedarme dormido fracasan en más de una ocasión, pero llegamos sin demasiadas incidencias a Madrid a la hora de comer. Comemos y es cuando empieza la peor parte del viaje: el autobús.

Así como para ir cogí un Supra, para la vuelta me tuve que conformar, por cuestión de horarios, con el normal: casi 5 horas encogido en un autobús sin enchufe al que conectar el portátil y encima un bebé que se pasa casi todo el viaje berreando. Y así hasta que hace apenas media hora he llegado a Bilbao, y por tanto a casa. Ahora me voy a morir un rato, despertadme pasado mañana. Mi cuerpo ya está en Bilbao pero parte de Jokin aún sigue en esa fábrica de sueños que es el CEULAJ.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Road to Mollina, otras TdN

O de cómo es secarral se convierte en un lugar mágico por 4 días.

La cita indispensable de todos los veranos, ya ha llegado. Hoy toca pegarse la pechada para estar mañana ya en el CEULAJ, para disfrutar un año más de las jornadas Tierra de Nadie, jornadas sobre las que a estas alturas sobran explicaciones. 

Portaos mal en mi ausencia, que portarse bien es aburrido.

martes, 2 de agosto de 2016

Vacaciones: round 1

Pero sin deberes.

Esta entrada tenía más sentido ayer a mediodía, que es cuando empezaron, pero nunca es mal momento para hablar de las cosas buenas, y es que hoy no he tenido que madrugar, pues ha empezado mi tanda corta de vacaciones (el martes que viene me toca volver, para trabajar dos días), cosa que he aprovechado para ir a hacer una visita al parque tecnológico de Zamudio a cierta persona que trabaja ahí para comer juntos, a lo picnic. Por la tarde terminar de hacer la maleta, luego una visita a la lonja, para jugar al siempre irreverente "Cartas contra la Humanidad" y finalmente aprovechar para terminar de ver la última temporada de Banshee (algo más floja que el resto).

Realmente poca hostia que contar, pero como voy a estar unos días fuera tampoco quería que el blog quedara demasiados días sin entradas. Y, bueno, que siempre mola presumir de vacaciones, oigan.

lunes, 1 de agosto de 2016

La historia interminable

Ahora otra vez en cines.

Esta película, que ni es precisamente nueva (data de 1984, ese año tan memorable para el cine de culto) ni es la primera vez que la veo (si no me falla la memoria la vi allá por 1987) tiene su relevancia dado que ha sido recientemente reestrenada en algunos cines y aprovechando la coyuntura, fuimos ayer a verla. Y como es costumbre en este blog hablar de las películas que veo en el cine, pues a esta no le iba a hacer el feo. 

Basada en el maravilloso libro homónimo de Michael Ende (¡quienes no lo hayáis leído, corred a hacerlo!), fue criticada en su día por no ser una adaptación especialmente fiel, pues recortaba demasiado y se tomaba demasiadas "libertades", y no pasó como una gran película. Pero al cine a veces le pasa como al buen vino, que con los años va adquiriendo un sabor especial, y eso es lo que le pasa a La historia interminable, que tiene un toque mágico que la hace completamente disfrutable y nos permite retrotraernos a la infancia con ese toque de naif fantasía y esas aventuras en reinos mágicos, con esa estética tan genuinamente ochentera (lo que siendo Stranger Things la serie de moda es sin duda un plus).

Es cierto que algunos efectos especiales han envejecido realmente mal, y algunas cromas, como las escenas de vuelo quedan ahora especialmente cutres, pero visto con los ojos adecuados es como volver a ver de adulto el dibujo que con 4 años colgaste en la nevera, que es lo que es pero lo ves con cariño. Y es que no se pueden ver de otra forma las aventuras de Atreyu, las ensoñaciones de Bastian, el vuelo de Fujur o la siempre triste muerte de Artax.

Está claro que la película no llega al nivel del libro, que es uno de los que más he disfrutado en mi vida, y que ahora tengo muchísimas ganas de volver a leer. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...