jueves, 10 de diciembre de 2015

El viaje de Arlo

Visualmente es espectacular.

El viaje de Arlo no es en absoluto una mala película, empiezo por ahí. Pero acostumbrados al nivel de Pixar, que prácticamente cuenta sus películas por obras maestras, aquí baja el nivel y de forma considerable. 

Más Disney que Pixar, El viaje de Arlo es una película mucho más infantil que otras de esta productora y argumentalmente es un pobre sota-caballo-rey al servicio de lo visual, donde ahí sí, ahí el Viaje de Arlo es posiblemente una de las mejores obras de Pixar. Los paisajes, las texturas, los pequeños detalles... Viendo las montañas, los ríos, las nubes, parecía que no era una película de animación, sino un documental de imagen real. Pero como película, pues eso, cumple. Historia mil veces contada de amigos de viaje, que al principio no congenian y el destino les vuelve inseparables, con un final previsible pero emotivo, con un toque un poco lacrimógeno, El viaje de Arlo es entretenida y tierna, eso no se puede negar. Y tiene divertidos toques de Western, pero tampoco da mucho de sí.

Algunas referencias son más obvias que otras.

Entonces, ¿merece la pena ver "El viaje de Arlo"? Sí, sin duda, porque técnicamente es un orgasmo para los ojos, y porque además es bonita y divertida. Ahora bien, es importante saber que no juega en la misma liga que sus hermanas mayores de Pixar.

Y el corto que la precede, tal vez no es de los mejores pero es simpático, y desde luego mucho mejor que ese corto de los volcanes que precedía a Inside Out y que fingiré que nunca existió.

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