viernes, 3 de enero de 2014

Evoland

No es Bolivia.

Evoland es un curioso juego que descubrí en una de las ofertas de Steam. Es un RPG cortito y facilón, que se nota que está hecho por y para frikis del RPG japonés, siendo fundamentalmente un homenaje a las sagas de Zelda y Final Fantasy, junto con algunas referencias a Diablo y Soul Reaver.

La gracia del juego está en su factor sorpresa, y casi recomendaría no seguir leyendo si se quiere jugar, pero sí daré unas pinceladas, evitando meterme en el pantanoso terreno de los spoilers. 

Evoland se basa en un concepto: evolución. Y por medio de esto, el propio juego irá evolucionando, desde ser una cosa lineal, en la que solo podemos mover el monigote en una dirección, hasta ir abriendo cofres que nos desbloquean conceptos como "mover en 2 direcciones", "música", "color" o "PX", y de la mano del juego, vamos más o menos viendo la evolución de los JRPG.

Versión Gameboy. 

 Evoland, como ya he comentado, es bastante cortito, y a pesar de que uno de los conceptos que desbloqueamos es "guión", la historia es muy sencillota, y un refrito de clásicos. Basta con decir que la última misión es ir al árbol de maná en el avión de "Sid" a derrotar al malvado Zephyros, y a vengar la muerte de Kaeris. Sin guiños que andamos. Además, gráficamente es un homenaje más que descarado a las referencias originales, y algunos sprites son casi literalmente calcos del original (la invocación del "Babamut", por ejemplo. Todas ellas referencias bastante fáciles de pillar, en su mayoría.

Versión SNES.

Del juego he podido leer alguna crítica no muy positiva, y es verdad que a veces le falta chicha y que debería haber incidido más en meter más guiños, y beber de más fuentes, pues hay partes en las que se centra excesivamente en el Final Fantasy VII. La otra gran crítica es que Evoland homenajea a este tipo de juegos también en lo malo, como en los frustrantes combates aleatorios que salen en algunas partes del mapa cada dos pasos, o las absurdas quest ginkana del estilo de "¡señora, le estoy diciendo que necesito esa varita para salvar al mundo, no me haga ir a buscar a su sobrino para que baje a su gato del árbol, y deme la puta varita ya!". Razón no les falta a esas críticas, pero bueno, tampoco llegan a hacer el juego injugable.

Otra crítica que se le podría hacer es que es demasiado lineal, pero personalmente para lo que busca este juego, casi lo veo una virtud.

Versión NDS.

Evoland me ha parecido una cosa simpática, con una rejugabilidad tirando a nula, pero adecuado para pasar la tarde, y con ese toque de simpatía que le da el recurso a la nostalgia, y lo divertido que resulta captar sus referencias.

Ahora tendré que probar el DLC Quest, que sigue un planteamiento similar.

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