lunes, 20 de mayo de 2013

El atlas de las nubes

 
Seis películas por el precio de una. 

Esta película me daba cierto miedo. Por una parte, las críticas que oscilaban entre la obra maestra y la ponzoña pretenciosa, así como las opiniones muy diversas y diferentes. Unidas al sello Wachowsky, del que no soy especialmente fan, algo que sabrá cualquiera que haya escuchado mis flamígeras diatribas contra Matrix.

Sabía más o menos de qué iba, y a la vez no sabía nada. Sabía que era de historias de alguna forma interrelacionadas, y que tenía elementos de ciencia ficción. Pero no sabía nada más. Eso cuadra con mis momentos de confusión inicial, y a los 5 minutos de "¿Dónde cojones me he metido?" le seguía media hora de "Me llamo Ralph" y "Quiero que saquen la versión con marionetas, a ver si asi la entiendo".

Avanzaba la película, y experimentaba una extraña sensación... No me estaba enterando de nada, pero estaba disfrutando. No la entiendo, no sé de qué va, pero me gusta. A eso ayuda que visualmente era atractiva, y musicalmente era agradable (a pesar de algunas voces horrorosas, puede que producto del doblaje), y el conjunto, invitaba a dejarse llevar, pero a la vez a permanecer atento a los detalles que poco a poco iba soltando. Hasta que la película va tomando forma, y uno ya va entiendiendo de qué pasa, y se da cuenta de que a lo tonto, han sido 2 horas y 45 minutos. Y se han hecho cortos.

El Atlas de las Nubes son 6 historias (7, si contamos el prólogo y el epílogo) relacionadas entre sí, en distintos momentos del tiempo, y una de sus peculiaridades es que casi todas repiten actores, aunque con distintos personajes. En casi todas salen Tom Hanks y Hugh Grant, en casi todas el malo es Hugo Weaving. Y hay caracterizaciones en las que es prácticamente imposible caer en la cuenta, ya que además juegan mucho con cambiar de raza, edad y sexo a los personajes. Supongo que en esto último se nota mucho la mano de Lana (antes Larry) Wachowsky. Y en todas subyacen dos ideas: una, las consecuencias que los actos de unas personas pueden tener sobre la vida de otras, sin importar el tiempo y el lugar; y otra, la injusticia de la tiranía, en la que el fuerte aplasta al débil. Y sugiere la reencarnación, aunque es un tema, el de los lunares con forma de estrella fugaz, que queda un poco en el aire, y no muy bien aprovechado.

Las seis historias son un abogado que lucha contra la enfermedad en el barco que le trae de vuelta desde la plantación de esclavos que tiene que visitar en el siglo XIX, un compositor bisexual que escribe cartas a su amante en 1936, una periodista (Hale Berry) que trata de desenmascarar una trama politica en los años 70, la alocada aventura de un editor (que me recordaba un montón a Punset) que debe escaparse del asilo en 2012, la lucha de una androide esclava contra el régimen autoritario en un NeoSeul distópico del S. XXII, y la búsqueda un pastor de cabras que debe sobrevivir en un Hawaii postapocalíptico.

Cada una de las historias habría valido de por sí para hacer una película, y me gustó el cambio de estilo y género entre unas y otras, teniendo comedias (la parte del editor), thriller (la parte de la periodista), o acción a raudales (las dos futuristas) y romance (sobre todo la parte de NeoSeúl), y también me gustó la parte de buscar los nexos de unión entre las distintas historias, aunque tal vez en este sentido se echa de menos que  hubieran incidido un poco más. Claro que también es cierto que la película cuenta con montones de referencias, externas y sobre todo internas, que es fácil pasar por alto. Incluso creo recordar que en una de las historias (la de "Punset") hacen un sutil spoiler de la distópica. La cual, por cierto, me recordaba en bastantes aspectos a 2084.

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