miércoles, 21 de octubre de 2009

Bombero por un día

Posando para el calendario de 2010.

Quien piense que el trabajo de oficina es aburrido y monótono, y que todos los días hay que hacer lo mismo, se equivoca. Al final todo trabajo, hasta los más ordinarios, tiene su cosa y su aventurilla diaria. Y cuando no es el mostrador, o alguna psicodélica llamada de teléfono, son cosas como ésta de ayer.

Ayer, en mi reincorporación posvacacional, me fui a las 7:35 a la cafetería donde habitualmente suelo ir a desayunar antes de emprender mis quehaceres, y me encuentro con una compañera que me informa de que a las 7:45 vienen a recogernos para llevarnos a Ispaster (por la costa, cerca de Lekeitio) a hacer el curso de Extintores y BIES (mangueras), que lo habían avisado el viernes (que yo no estaba) mediante un correo. Así que engullo el desayuno a todo correr, y me voy hacia la furgoneta que nos lleva a nuestro destino.

Llegamos al parque de formación de los bomberos, donde nos dan una charla previa sobre el fuego, los tipos de fuego, causas, etc... (pornografía para orugritas)

Luego nos ataviamos con el uniforme oficial, donde puedo lucir mi planta y mis 2 metros de envergadura (con más aspecto de antidisturbios que de bombero, pero habiendo visto Rec 2 el día anterior, era como para emocionarse) y nos pasan a la primera prueba.

Nos introducen en un contenedor y nos ponen pegados a las paredes y nos avisan de que van a ahumar la estancia (esto de meter gente en un barracón cerrado y gasearlo me suena a algo...) y rápido el fuego y el humo empiezan a campar por sus anchas, para que pongamos en práctica lo de agacharse, respirar la parte de abajo, experimentar los calores, etc. Muy didáctico.

Una vez conocido el enemigo, nos enseñan a derrotarlo. Nos ilustran sobre los diferentes tipos de extintor (Co2, agua y polvo), cómo y cuándo deben usarse, formas de manejo, y todo eso, sobre lo que yo era totalmente ignorante (me lo habría creído si me hubieran dicho que bastaba con dar al gatillo y gritar "bang"), así que un útil aprendizaje.

Y una vez mostrada la teoría, llega la práctica. Ale, toma este extintor y apaga ese incendio.

La kale borrika siempre presente.

Luego llegan las mangueras (BIE, de "Boca de Incendio Equipada"), con sus diferentes tipos, formas de uso, y apagado de incendios, siendo el jefe final del videojuego un coche en llamas, al que pegamos una soberana ducha hasta que logramos apagarlo.

Finalmente, volver a vestirnos de civiles, rellenar un cuestionario y volver a la oficina, con la lección bien aprendidad. Bueno, luego tocaría pasearnos por la oficina, como niños pequeños cuando acaban de aprender algo nuevo, aplicando la teoría y fijándonos en qué tipo de extintores hay. Hasta ayer me parecían todos iguales.

Lo dicho, hasta el trabajo más monótono puede ser una caja de sorpresas.

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