lunes, 17 de noviembre de 2008

Crónicas Santanderinas

El auténtico juego de la silla

El viernes a la mañana, prontito, cogí el coche camino de Deusto, para recoger a mis compañeros de viaje, Apo y Asier, y tras una parada técnica en su tienda para coger los bártulos del stand que tenían que montar en las jornadas, nos fuimos ya hacia Santander, donde una vez inscritos, les eché una mano a montarlo (por una cosa u otra siempre acabo en las jornadas montando stands ajenos, voy a tener que poner un stand propio un día de estos). 

Por la mañana poca cosa, alguna partida de algún juego nuevo, y por la tarde más de lo mismo. Y por supuesto, la tradicional comida de jornadas: Telepizza. Y por la tarde, pues jugando a cosas de tablero, y resolviendo alguna prueba de la ginkana (que ganamos, claro :D). A la noche llega la parte divertida, se supone que nos alojábamos todos en una casa que Paula, la novia de Apo, tiene en Comillas, que en sus palabras está a 20 minutos. Fuimos en tres coches, y tardamos una hora. Efectivamente, de media, veinte minutos, no mintió. La parte mala es que al llegar allí, con la cuesta tan empinada, y el suelo húmedo y deslizante, mi coche no podía subir la cuesta que llevaba hasta casa, así que tuvo que hacer noche en el descampado, por lo que al día siguiente decidimos que era mejor juntarnos en los otros coches y que el mío pernoctara en Santander. 

Sábado, día de jugar a cosas, dos partidas de rol en vivo. Una, un tribunal inquisitorial en el que juzgábamos al señor Lope de Vega por hereje y traidor a la corona, y donde me tocó hacer el papel de juez, dándome el gustazo de ser tan tocapelotas como los jueces de verdad y traumatizar vilmente al abogado de la defensa (gracias Karma por este personaje), aunque absolvimos al acusado pero mandamos a la hoguera a uno de los testigos por perjurar. (Es que el cadalso estaba montado, y habría sido una pena que se desaprovechara). A la tarde un psicodélico vivo basado en la no menos psicodélica película Donnie Darko, donde mi cerebro trataba de huir, escapando por las orejas. 

A la noche, adoptamos a otros 4 euskofrikis para montar el piso patera en Comillas, y cenar todos juntos en la barbacoa... a la 1 de la madrugada. Huelga decir que lo de levantarnos a las 8 del domingo hizo que aquello pareciera el festival zombi, pero no nos impidió seguir haciendo pruebas de la ginkana, demostrando que somos de Bilbao, leñe, y ahí quedó la euskonquista de cantabria, el euskónclave de los euskofrikis o la forja de la espada Euskálibur. Es más, tan chulos fuimos que al recoger el premio, fuimos con un regalo para los organizadores, unas bonitas euskamisetas de romono (que bien pensado, visto desde fuera podría parecer que habíamos sobornado al jurado...).  

Al finalizar tocaba la parte coñazo, desmonta el stand-embala las cajas-llévalas al coche-juega al tetris para meter las cajas y que encajen todas-ve hasta Bilbao-descarga los coches en la tienda-deja a todo el mundo en su casa. Llegué a casa a la 1, totalmente dormido, pero bueno, un fin de semana divertido, y sarna con gusto no pica. Las siguientes... ¿Rentería?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Grandes jornadas, nos lo hemos pasado mu bien ;) esas miticas partidas del times up (es una modelo brasileña....Lula Da Silva) xDDDD y proyecto de un mod para el agricola xD

Esperando con ansia las siguientes.

EUSKOFRIKISS!