jueves, 23 de octubre de 2008

El archivo

¿Dónde está el expediente de Wally?

Hoy voy a hablar un poco de mi trabajo, ya me he referido a él en anteriores ocasiones, con historietas de mostrador y teléfono, pero hoy voy a hablar de otra tarea menos glamourosa, aunque no menos importante, y que es un coñazo, pero algo bastante relajante.

En Renta Básica hay una montaña de expediente, miles, y es importante que estén bien ordenados y sean de fácil acceso y localización, para que si hay que buscar alguno se encuentre fácil, pero el flujo de expoedientes que van y vienen es constante, y ordenarlos y dejarlos en su sitio es una labor bastante ardua, con lo que tenemos el tema repartido de forma que cada uno tenemos unos cuántos a ordenar, y tal es el movimiento, que si alguien se despista se puede encontrar con una verdadera montaña de carpetas por ordenar.

Es algo que suele gustar bastante poco, ya que es un cierto coñazo ir, coger las carpetas, ordenarlas primero por número, luego irlas colocando en su sitio, porque es algo monótono, y tirarse una hora en algo tan mecánico puede con cualquiera, pero lo cierto es que no me desagrada, ya que me pongo los cascos, a escuchar música, y cuando estoy ordenando carpetas tengo mi momento zen (u hora autista, como se prefiera), en el que se me pasa volando, tanto que a veces me permito el "lujo" de echar una mano a algún compañero, y de paso ordenar los suyos (y ellos encantados, claro). Más o menos suelo ir una vez a la semana, y en una horita todo limpio.

Ahora bien, sin tener el Mp3 sería un auténtico horror. Y bueno, no es que sea una gran anécdota, de hecho ni siquiera llega a anécdota, pero me apetecía escribir sobre ello. Que no todo van a ser cosas psicodélicas en el curro, y que se vea que a veces las cosas funcionan bien en la Administración.

Aunque sí pondré una pega: el pasilo que lleva al archivo tiene el techo muy bajo, y no serán pocas las hostias que me he dado en la cabeza, y creo que si pusiera aquí una relación de palabras malsonantes que habré proferido cada vez que me he pegado un trastazo, esta entrada ganaría en comicidad.

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