martes, 17 de junio de 2008

Ars Copiandi

Uno que no entendió muy bien lo de llevar una chuleta al examen.

Hablaba en la entrada sobre la selectividad sobre el denostado Ars Copiandi, y uso el adjetivo porque no hay más que ver el típico capítulo de típica serie americana sobre adolescentes de turno en el que uno de ellos hace trampa en un examen y los demás le miran con la misma cara que si hubiera tomado drogas, quemado el coche del profesor o auspiciado una matanza múltiple en Delaware.

Pero aquí, dado nuestro carácter más picaresco, el muy noble arte de copiar no sufre ese stigma social y uno puede confesar libremente que se dedicaba a esas cosas, y escribir sobre ello sin miedo a que le dejen de saludar por la calle. Como siempre decía cuando estaba en la universidad, "si el día de mañana quiero ser abogado, me será mucho más útil saber saltarme las normas que aprenderlas de memoria".

Dicho lo cual, procedo a reseñar algunos de los métodos que empleé en carrera e instituto:

-El chivatazo: Simple, directo, pero raramente eficaz. Tiene la desventaja de que si el de al lado no tiene mucha idea, de poca ayuda va a servir, y es más útil para datos puntuales, o para exámenes de tipo test. Tiene también la desventaja de que es poco discreto, y requiere calcular la ubicación, pero también es verdad que hace más ameno el examen.

-La chuleta: Clásico entre clásicos, consiste en agrupar una cierta capacidad de información en un trozo aconsejablemente pequeño de papel (u otras superficies análogas) a fin de sacarlo en medio del examen y "recordar" todos esos bits de información que se han escrito ahí. Y quien diga que una Times New Roman 2 no es legible, mejor que pruebe con otros métodos.

-Consulta bibliográfica: Tan eufemístico título engloba la técnica usada por el que es tan vago que ni siquiera se ha molestado en hacer chuletas y saca el libro en medio del examen. Esto requiere, además de una audacia superior a otras técnicas, pues un libro es más difícil de esconder que un papelillo, un cierto sentido crítico y saber discernir la información útil de la que no lo es, pues si no, se corre el riesgo de transcribir el libro tal cual, pies de foto incluidos (cosa con la que ya se ha encontrado alguna vez mi señora madre al corregir exámenes) o de copiar el capítulo, que no es.

-Apoyo documental: A medio camino entre la chuleta y el libro está sacar los apuntes y plantarlos encima de la mesa. Algo más discreto que lo del libro (unos apuntes son más fáciles de esconder debajo del examen) pero con una información de menor calidad que la obtenida en el libro, y como los apuntes sean ajenos y no se esté familiarizado con ellos, no es tarea fácil descifrar la letra ni buscar la información.

-El método jíbaro: No deja de ser una mezcla entre la chuleta y el libro (o los apuntes) y consiste en sacar fotocopias ultrarreducidas para comprimir la información en pequeños trozos de papel (Toda la historia del arte de Roma, Grecia y Egipto en un DIN-A5 es posible. Lo sé porque... esto... me lo han contado). Método no aconsejado para hipermétropes.

-El cambiazo: En mi opinión el más audaz. Uno se prepara los temas en hojas de examen (al menos en Deusto eran fáciles de conseguir) y las guarda en lugar seguro. Cuando conoce las preguntas, y está seguro de no ser observado, saca las hojas correspondientes. Hay quien entrega directamente las hojas recién sacadas (es posible si se preguntan temas enteros) pero resulta más prudente transcribir a otra hoja de examen. Nunca se sabe cuándo pueden estar numeradas, cortadas o marcadas de alguna manera. No obstante, este método, aunque eficaz si funciona, es también muy peligroso y yo solo lo he puesto en práctica una vez, y creo que debí de envejecer 3-4 años en cuestión de segundos cuando uno de los cuidadores se giró casi a la vez que yo, discreto por naturaleza (discreto cual paquidermo en establecimiento de bisutería) procedía a sacar la hoja de "repuesto". Una y no más.

-Espionaje: Otra típica. Consiste en observar atentamente el ejercicio del examinando contiguo y tomar sabia nota de sus progresos. Y aunque aquí la SGAE podría decir que es plagio, queda más elegante decir aquello de que se está haciendo una copia de seguridad del examen del compañero, no sea que se le traspapele. Ojo, copiar un examen es una cosa y la suplantación de personalidad otra mucho más fea, con lo que se desaconseja copiar también el nombre (que hay quien lo ha hecho).

-Examen de Mercantil: Esto no es una técnica de copiar, pero sí una anécdota que merece apartado propio. Había un profesor cuyo método de examen era un test de 40 preguntas, de verdadero o falso, que iba dictanto de una en una, con lo que es imaginable que el examen era casi comunal. Y ahí estábamos el grupo de vagos de turno, conspirando métodos de transimtir información (el WIFI todavía no estaba muy extendido) y llegamos a una especie de código, (mano abierta: V, mano cerrada: F). Todo iba bien hasta que llega el examen y la fase de coger sitios es un sálvese quien pueda, y acabo medio aislado en una esquina, sin poder ver a nadie que me chivara, pero de pronto veo a uno de mis compañeros que me empieza a hacer las señas a lo lejos. ¡Salvado!

Cuando al de un par de semanas sale la nota y veo que tengo un 5 y voy a darle las gracias me dice "la verdad, Jokin, es que yo ese día no te estaba chivando, solo me estab a rascando la cabeza, lo que pasa que me dio nosequé decirtelo entonces".

Y ésos son, más o menos, los que me vienen a la cabeza, y aunque aquí pudiera parecer lo contrario, no me saqué toda la carrera copiando (ya me habría gustado a mí) y en casi todas me tocó estudiar y mucho. Y que nadie se tome esto como una incitación, que si no lo mismo me viene luego el juez Garzón a procesar por apología de la chuleta.

8 comentarios:

Megadoux dijo...

te falta uno que me contó mi primo y que al final de tu carrera podrías haber usado ya. Se trata de grabar los temas en mp3 en un reproductor e ir a ellos cuando los necesites. Imprescindible llevar pelo largo para ocultar los auriculares. Ideal para largar tochazos

Anónimo dijo...

Conozco unos cuantos más, pero posiblemente estén desfasados, porque incluyen tecnología antigua, eso que un día llamamos bolígrafo.
¡Cuánto juego han dado los VICs...!
En realidad el de estos bolis es una variación del sistema chuleta, porque se trata de insertar la información en el sistema de escritura, para... que vaya saliendo naturalmente, claro... XD
Es decir, meter la chuleta en el palito trasparente del boli.
Otro sistema es usar el mobiliario adyacente como sistema de apoyo documental (las paredes granuladas son muy útiles para apuntar datos, como las mesas especialmente si antes de la fecha de examen la habías decorado con dibujitos).

Como anécdotas puedo ofrecer dos:
la de aquel compañero de clase que entregó la chuleta metida en medio del examen, la de aquel otro compañero que le dió a un profesor novato la satisfacción de descubrir su primer ars copiandi (en realidad, en esos exámenes le pillaron tres veces), o la de aquel compañero que me pidió los apuntes para usarlos como chuleta y al entrar un profesor aleatorio le vió copiando y se lo requisó, y cual sería mi sorpresa al descubrir que esa letra no era mía (eran los apuntes de otra compañera) y el señor éste seguía copiando (tenía chuletas por duplicado)

Mikelats dijo...

Tambien estan las chuletas de mano de la zapatilla la calculadora la parte trasera del reloj las chuletas de bragueta...

Personalmente solo he usado una chuleta una vez en mi vida y fue para aprobar fisica, la de la calculadora concretamente.

Y la mejor tecnica de todas y la que mas recomiendo, hacer chuletas y chuletas y repetirlas hasta que se te queda en la cabeza y no necesitas usarlas despues.

Anónimo dijo...

Chuletas de bragueta????

Anónimo dijo...

Si, creo que la explicacion sobra.

Anónimo dijo...

Toda la noche pelandome los codos y una formula, la formula, esa horrenda ecuacion que cual super-hechizo de mundodisco, si la aprendes olvidas todo lo demas...no me cabia. Densidad energetica del campo electromagnetico...a la chuleta unica. Unica por ser la unica que he hecho (por tanto, tecnica clasica). Llego al examen: "uf, no hace falta, que bien..." saco el boligrafo del estuche. La chuleta innecesaria cae desapercibida (por mi) al suelo. Profesor advierte presencia de papelito junto mi pie izquierdo y lo intercepta. Lo mira. "- es esto suyo?" dice. Respuesta: "-ay! si gracias!" (aplicacion del principio: los defectos hay que subrayarlos) se la cojo y me la guardo. Continuo escribiendo sin mirarle. El sudor perla mi frente. Cerbero se aleja...uff...
Examen aprobado.

José Luis dijo...

Yo puedo aportar cinco anécdotas bastante buenas. Lo cierto es que no recuerdo haber copiado nunca (igual lo he hecho una o dos veces, pero si es así ya no me acuerdo):

-Una que me contó mi padre, que es maestro de primaria y que podríamos titular "Eso sí que era una chuleta". Examen de un curso "bajo" de EGB (igual era 3º o 4º, no lo sé). El profesor ve a un chaval que está nervioso y se fija en que se toca bastante el calcetín. El profesor le pregunta: "¿Qué llevas ahí? Una chuleta". Sí... y la saca. Y era una chuleta, sí... de cordero. Del comedor del colegio. Se ve que al chico no le gustaba la carne y no se le ocurrió mejor cosa que guardarla en el calcetín en vez de comérsela y no había tenido todavía tiempo de tirarla.

-Vamos con mi método favorito de copia, pero este no es fácil de hacer. Además fue inintencionado y yo que fui sin quererlo el provocador del asunto ni me enteré:

Ocurrió en 3º de BUP. Final de clase de matemáticas, donde el profesor llevaba varios días explicándonos las matrices. Era un profe bastante amigable y de los que además les gusta que les hagan preguntas.

Me acerco a hablar con él, le pregunto sobre que son muy bonitas las matrices, pero que para qué sirven. Me pone un ejemplo de una fórmula de física donde se pueden usar matrices para simplificar la resolución. La fórmula se queda en la pizarra.

Por la tarde, teníamos examen de física con otro profesor. En uno de los problemas había que utilizar esa fórmula. El profesor no se da cuenta de que está en la pizarra. Más de la mitad de la clase, yo incluido, tampoco. No es que fuera una fórmula complicada, pero hacer el examen con la fórmula en su pizarra y luego darnos cuenta fue bastante gracioso.

-Un chaval de otro curso se presentó al examen de Música con una cantidad de chuletas bastante grande distribuida en diversos bolsillos, en los brazos, en el boli... vamos, que se copió todo el temario. También se hizo una chuleta índice de chuletas que me enseñó.

-Otra método que no podéis emular (me refiero con la comparación al de la pizarra anterior). No hay nada mejor que el que te pasen el examen por e-mail... por error, aunque fui honrado y avisé.

Había dos profesores en la asignatura y uno de los dos se llamaba José Luis, como yo. El último correo enviado por el otro profesor había sido a mí así que cuando fue a enviar su parte del examen le saltó el "autocompletar", ni se fijó en que no se mandaba al destinatario adecuado y el examen acabó en mi buzón.

Lo más divertido es que eran profesores de Criptografía y Seguridad de Comunicaciones y un correo de temas tan sensibles iba sin cifrar. En casa del herrero...

Cuando abrí el buzón tardé un poco en darme cuenta de qué es lo que había pasado. Al principio llegué a pensar que fuera una forma nueva de examinar en la cual nos entregaran el examen por adelantado. Luego me di cuenta de lo que pasaba y decidí avisar.

Me enteré luego de que cuando llegó el profesor a su casa fue con algún comentario del tipo "Bufff... qué falta que me hace echarme en el sillón y tomarme algo" o algo similar, para encontrarse con su hermano que, con algunas risas (también trabaja de informático), le contó que le había llamado el otro profesor y que tenía que repetir esa parte del examen por lo que había pasado. Por supuesto, volvió a escribir su parte del examen.

-Teníamos un profesor en BUP que era fan declarado del Real Madrid. Sus exámenes de recuperación siempre incluían las mismas preguntas que había hecho en el examen inicial. Además esos exámenes se hacían mientras el resto dábamos clase en el mismo aula, así que los cambiazos en esos exámenes eran muy habituales.

Cierto alumno muy poco hábil que llamaremos Alfredo (nota: ni siquiera conozco a ningún Alfredo) se llevó los temas escritos listos para pegar el cambiazo. Se sentó algo alejado del profesor (había bastantes pupitres vacíos) y preguntó qué fecha era en un momento determinado. El profesor le respondió y añadió "¿Y cómo no te acuerdas? Ayer fue el Madrid-nosécuántos." Había sido un partido muy sonado, final de alguna competición importante y de los que suele saberse la fecha.

Y Alfredo, ni corto ni perezoso, responde "Es que a mí el Madrid no me importa absolutamente nada". Bien, haciendo amigos. El profesor entonces le indica que se acerque a él que estaba muy lejos y lo hace cogiendo la mochila y todo lo que tenía en la mesa. El profesor le dice "Sólo es para el examen, deja el resto en tu pupitre" y el chaval sale con diez o doce hojas (las del cambiazo y las hojas de examen) EN ABANICO. En plan "voy a hacer un truco de magia: escoge una carta" y pasando por delante del profesor. El profesor, por supuesto, le cazó y le puso un cero. Hay que ser poco hábil...

Anónimo dijo...

lo de la pizarra es mitico, nosotros nos pasamos un par de años copiando las tablas de verbos de euskera antes del examen porque el profesor era un engañado, pero acabo dandose cuenta y empezo a borrar la pizarra antes de los examenes XD
tambien soliamos copiar fechas raras de historia entre lo que habia escrito en la pizarra para camuflarlo...

y tambien apuntar las cosas en la parte de atras de la regla es muy socorrido, sobre todo las que regalan a la entrada de la uni que son blancas y muy anchas, sin ellas iba a ir sabiendose los numeros de serie de los chips al examen su tia...