lunes, 10 de septiembre de 2007

Bodorrio en Santa Pola

Óscar y yo
Regresado de Santa Pola, donde, como ya dije el viernes he estado con motivo de la boda de Óscar y Alicia que se celebraba ayer en Elche, con el banquete, las copas de la post-boda y toda su parafernalia.

Al más puro estilo road-movie, Koldo y yo nos fuimos en su coche, desde Vitoria, y del tirón a Santa Pola, donde llegamos a las 23:00 hora zulú (es decir, 1:00 A.M. hora española) y hoy lunes hemos salido de allí a las 9:30 para venir hasta aquí de una tacada. Matador pero gratificante.

Lo mejor de todo fue volver a Santa Pola y volver a ver a viejos amigos a los que hacía mucho que no veía, como Borja y Alfredo, y ver que pese al tiempo transcurrido para algunas cosas era como si hubiéramos estado el día anterior y podíamos seguir haciendonos las coñas de siempre con total naturalidad, y bueno.


Por extraño que parezca, la foto es de cuando aún íbamos sobrios

La boda en sí, lo que es el rito eclestiástico, no negaré que era un auténtico coñazo, y que nos pasamos la misa mandándonos mensajes con el móvil, hablando de las leyes de Alabama, aunque debo reconocer que fue todo un lujo poder ver a Koldo, el auténtico señor antisistema, trajeado y en una iglesia, y todo ello gracias a una apuesta que perdió hace años con Óscar.

La comida, no obstante, estuvo bien y la selección musical también, y en especial el momento friki en el que sonó la música de Mazinger Z y Alicia sorprendió a Óscar regalandole una enorme figura del famoso robot (con la inestimable complicidad de Koldo y mía, que fuimos los encargados de ir a la tienda a por ella)

Tras la comida y los bailes, llegó la hora de la barra libre y Borja y yo, como buenos invitados, nos abalanzamos sobre los cubatas, logrando una animosidad festiva, e interactuando con los demás amigos de Óscar, los cuales por cierto me parecieron gente de lo más interesante y simpática, así que un saludo a todos y no pondré nombres porque seguro que no me acordaría de todos.


Observese la esquina inferior izquierda

Y bueno, un momento inolvidable de la boda fue cuando al salir de la iglesia, cuando nos estábamos haciendo la foto, durante la foto, un mendigo, de los muchos que estaban apostados a la salida de ia iglesia, se acercó a pedir dinero, para asombro de Koldo, Borja y mío, y razón por la que en la foto salimos mirando hacia un lado. Mirábamos al mendigo, y lo que se ve en la esquina es su mano suplicante

En definitiva, un auténtico lujazo volver a ver a mis amigos después de tanto tiempo, un placer haber conocido a gente como Dani y un orgullo que Óscar y Alicia se hayan acordado de mí a la hora de invitarme a su boda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo hice la foto del mendigo. ¿Que pasa conmigo?¿eh? No me nombras ...

Anónimo dijo...

Como siempre, fue un placer el volvernos a reencontrar, espero que no sea necesaria otra boda para que nos volvamos a ver. Fue genial vernos después de tantos años y comprobar que seguimos con nuestras neuras, perdiendo el tiempo con las mismas chorradas y riéndonos de nosotros y de los demás.
Por cierto, geniales las fotos, ya me las pasarás via messenger. Un abrazo a todos!